Los temas que se exponen en este blog plantean una nueva vida, acorde con el nacimiento de un nuevo paradigma,
más holístico, más respetuoso, menos mecanicista. Asistimos al cambio, somos testigos y protagonistas, ya no podemos creernos inocentes; evolucionar, también es cuestionar lo establecido buscando el bienestar común.
Cambiemos el mundo, es posible. Es necesario.

jueves, 10 de febrero de 2011

¿A qué se llama crianza con apego? - Parte 1

Desde que empecé a leer e investigar sobre temas de maternidad y crianza, me encontré con una nueva línea, nueva al menos para mí, muy acorde con el nuevo pensamiento. Cómo mamá, sentía dentro de mí, tanto durante el embarazo como para el parto y la crianza de mi hijo, que muchas de las líneas establecidas no iban con mis sentimientos, pensamientos e intuiciones. Busqué y por suerte encontré.

Transcribo una nota publicada en la revista Criar, de la Asociación Criar con el Corazón de España, que describe muy bien a qué se llama crianza con apego.
"Entrevista a Yolanda González*  Por Leticia Jiménez Socia de ACC en Méjico.
La infancia es la fase de cimentación para la psique y la vida afectiva de
una persona. Muchas veces se dice que “nadie estudia para ser padres”, sin
embargo existen diversos grupos de apoyo y profesionales dedicados a esta
delicada etapa de la vida, que en su labor pueden orientarnos para romper
cadenas de comportamientos nocivos hacia nuestros niños.

* Yolanda González, Psicoterapeuta. Especialista en Prevención infanto-juvenil. Formadora de profesionales de la salud, profesorado y padres en promoción y prevención infanto-juvenil en el ámbito privado y público. Junta directiva de I.A.N. (Teoría del apego) Miembro de A.S.M.I. (Asociación Salud Mental Infantil).


Yolanda González, Psicóloga clínica y Presidenta de APIR (Asociación de Psicoterapia y Prevención-Promoción de la Salud Infantil). Su especialidad en la infancia es promocionar
la salud y prevenir los trastornos emocionales a través de grupos de padres interesados en buscar un nuevo enfoque para la relación con sus hijos.


¿Cómo surgió su interés profesional en la infancia y en la importancia de la prevención?
El origen lo sitúo en mi propia infancia.Cuando era pequeñita y veía llorar a bebés o a niños sin ser
consolados o atendidos por sus papás, me provocaba tristeza. Recuerdo que pensaba “cuando sea mayor, no dejaré llorar a un bebé solito”. Más tarde, me formé como Psicóloga Clínica con adultos, aunque mi pasión fue especializarme en la prevención del sufrimiento infantil y la promoción de la salud integral de los pequeños.


¿Qué aportan el apego y el vínculo en la relación con nuestros hijos?
La Teoría del Apego aporta investigaciones muy interesantes sobre la formación del vínculo entre padres
e hijos. Sobre todo, nos permite comprender la importancia de crear unas bases afectivas que posibiliten un vínculo seguro a nuestros hijos. El mayor regalo que podemos ofrecer a un hijo, es una base saludable e integral para afrontar los retos de la vida.


Como padres ¿cómo manejar el bombardeo mediático que afirma que los niños tienen que ser independientes desde que nacen y seguir nuestro frenético ritmo de vida? ¿Habrá alguna forma de llegar a un punto medio?
Es real que estamos bombardeados con todo tipo de información. La única forma de frenarlo es con el sentido común, sentido muy escaso en nuestra sociedad. Y con grandes dosis de empatía y reflexión crítica. Pensemos, ¿es compatible nuestro ritmo adulto y frenético con las milenarias necesidades infantiles de afecto, de disponibilidad emocional y amor incondicional? Algo no encaja en nuestra sociedad. El estrés y el afecto representan ritmos antagónicos de funcionamiento. Es un tema muy serio por las graves consecuencias que se derivan. ¿Son los niños los que deben “conciliar” sus necesidades con la sociedad estresante o debiera ser a la inversa? El cambio de mirada es posible con medidas político-sociales adecuadas que beneficien el ejercicio de la maternidad/paternidad responsable. Debemos intentarlo por los más pequeños.


¿Por qué nos interesa tanto la “independencia” de los niños y discutimos si con tal o cual forma de crianza son más independientes?
La dependencia infantil incomoda porque, aunque necesaria, es larga. A veces nos pesa renunciar temporalmente a nuestra forma de vida, ignorando que es un tiempo que representa una inversión prosalud
para el futuro.


Ya que a veces parece que vamos contracorriente, ¿cómo conseguir un espacio para una
crianza apegada y vinculada sin aislarse del mundo?
¡No hay por qué aislarse del mundo para fomentar un vínculo seguro! Cada vez hay más grupos
de apoyo a la crianza y lactancia prolongada, así como escuelas de padres, que buscan una crianza y
educación saludable y coherente.


Siendo así que la teoría del apego está avalada por estudios científicos y publicaciones.... y que en la teoría “contraria” nadie aporta datos contundentes, ¿por qué es tan difícil aceptar el apego por bien que se argumente, y cualquier argumento simplista vale para que la gente se apunte a la segunda?
Por dos motivos: la primera causa, en mi experiencia, es la ausencia de actitud crítica para cuestionar la inercia educativa que nos ha sido transmitida intergeneracionalmente. La segunda, porque es más fácil dejarse llevar por la corriente, aunque el agua esté contaminada, que buscar ríos con agua fresca y natural. Existe la resistencia al cambio. Cambiar despierta temores de todas las clases, pero una vez superados y desde el contacto con lo esencial de uno mismo, las presiones externas van perdiendo poder y el camino se hace más claro.

¿Qué nos puede decir sobre el sistema hospitalario y su influencia en el apego temprano entre madres e hijos, o con los niños hospitalizados?
Tanto después de la experiencia del parir y nacer, como en caso de hospitalización infantil, es fundamental  no crear rupturas innecesarias del continuum de relación mamá-bebé, siempre que sea posible: en el caso del nacimiento, debido a la extrema vulnerabilidad del bebé que, como todo mamífero, necesita del contacto
permanente con su mamá. En Prematuros, de igual forma, hay que preservar el vínculo aplicando el
método de la mamá canguro, si es posible. Y en la hospitalización se trata de favorecer la presencia
permanente de una figura de referencia afectiva. De lo contrario provocamos dolor, soledad y
sufrimiento innecesario, cuando ellos más nos necesitan.


¿Se puede hablar en algún momento de “exceso de apego”? ¿Exceso de afecto?
Una cosa es dar amor incondicional como padres y otra, asfixiar e impedir el proceso de autonomía natural infantil. El amor que respeta al otro nunca es excesivo.


Vista la actual tendencia a escolarizar tempranamente, ¿en qué modo afecta al vínculo la separación a temprana edad, ya sea por guarderías o escolarización?
En mi experiencia profesional, hemos ido buscando alternativas posibles a la escolarización temprana, en el caso de que ésta despierte, como ocurre con frecuencia, ansiedad e inseguridad en los pequeños. Pero si después de ver todas las alternativas posibles es inevitable la escolarización, es fundamental la implantación sistemática de períodos largos de adaptación-integración, dando la oportunidad al pequeño de integrarse a la nueva experiencia sin ansiedad, gracias a la presencia segurizante de la mamá o sustituto.


¿Es reparable el daño que la separación temprana provoca en ese vínculo?
El ser humano es potencialidad. Cada experiencia en la vida nos condiciona pero no es determinante,
de lo contrario no habría lugar para la esperanza. Ni hay  padres perfectos, ni hijos perfectos. Lo que hay son condiciones favorecedoras o no del desarrollo de la salud en cada momento del proceso evolutivo del ser humano. Y siempre existen recursos para superar situaciones difíciles.


¿Cuándo empieza a aparecer la necesidad real de ampliar el número de personas con las que el bebé/niño necesita relacionarse?
Es el bebé quien debiera marcar el ritmo de sus necesidades vitales y preferencias vinculares. Durante el primer año de vida, la mamá o figura de referencia suele ser la preferida para cubrir sus demandas y es esencial que así sea para el desarrollo del vínculo, pero eso no significa que el papá o los abuelos no deban estar presentes en su vida y en ocasiones cumplan una función fundamental, si por razones diversas ese bebé concreto deposita su demanda en ellos.


¿Qué opina acerca del concepto de autorregulación tratado por autores como Neill, Reich, etc.?
Admiro la capacidad de observación y de respeto por los procesos del desarrollo evolutivo que ambos
autores demostraron en su práctica profesional. La confianza plena en que los bebés y los niños son capaces de autorregularse es una realidad que como padres podemos comprobar si confiamos en ellos. Es decir, como cualquier mamífero, los bebés sienten cuándo necesitan cubrir las necesidades vitales sin ningún manual externo que los regule. Nutrirse de alimento y afecto con contacto epidérmico, así como el sueño, son necesidades básicas de supervivencia. Su lenguaje, el llanto, nos comunica la necesidad que requiere ser cubierta, ya que dependen totalmente del adulto. Las interferencias comienzan cuando recibimos consejos externos e imponemos criterios poco saludables, como por ejemplo el „Duérmete niño“, que ignora la función de las respuestas emocionales infantiles. La autorregulación no significa que no haya que poner límites. Pero hay que discriminar cuándo, cómo y por qué.


¿Qué hemos de trabajar más lo padres que queremos convivir junto a nuestros hijos bajo estas
premisas de respeto y empatía?
Cuestionar el deseo de que obedezcan, sustituyéndolo por el objetivo de que sean razonables.
Criar y educar es un arte que requiere reflexión continua, observación tranquila y preparación."



En la próxima entrada continuaré con la nota de la revista Criar. 


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