Los temas que se exponen en este blog plantean una nueva vida, acorde con el nacimiento de un nuevo paradigma,
más holístico, más respetuoso, menos mecanicista. Asistimos al cambio, somos testigos y protagonistas, ya no podemos creernos inocentes; evolucionar, también es cuestionar lo establecido buscando el bienestar común.
Cambiemos el mundo, es posible. Es necesario.

viernes, 5 de febrero de 2010

Falta un mes!

Simbólicamente, falta un mes para que nazca mi hijo. Esa fechita de parto que no siempre se cumple, pero supongamos que si. Falta un mes. UN MES!!!
Sí, tengo miedo.
Miedo al dolor, miedo a lo desconocido, miedo a que pase algo malo, miedo a después no volver a ser yo, miedo a la nueva vida, miedo a tragarme pensamientos y opiniones previos a mi maternidad...
Un mes para que me cambie la vida, un mes para ser más dependiente, un mes para ser aún más dependiente, un mes para ser más dependiente que nunca.

También, un mes hacia el fin del sueño profundo, de la marzopa que siempre fui.
Tal vez esperé demasiado, 40 años de soledad, independencia y hago lo que quiero porque para mí soy el ombligo del mundo, hacen que a sólo un mes, me sienta así: aterrada y maravillada.

Es hermoso estar embarazada, al menos lo fue para mí. Pero a esta altura (y anchura de mi panza), extraño mi velocidad de movimiento, extraño agacharme, dormir con comodidad, extraño tomar mate y no sentir que al tercero no me entra más agua en el cuerpo.
Es hermoso estar embarazada como estado personal, hasta el septimo mes. Después es incomodidad y ansiedad. Esto nada tiene que ver con las sensaciones de tener y hacer un hijo, de crear vida, de ser parte de la naturaleza, de pertenecer más que nunca a la fibra del cosmos. Eso, eso es para otra charla.

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